La Ley de Evaluación de Acuíferos Transfronterizos entre Estados Unidos y México, ponderada, aprobada y firmada
Se dice que Otto von Bismarck dijo una vez: "Las leyes son como las salchichas, es mejor no ver cómo se hacen". No estoy seguro de qué pensar de este comentario, ya que lo que me interesa es legislar, no fabricar salchichas. Es un interés que se amplió recientemente cuando tuve el privilegio de testificar ante el Subcomité de Agua y Energía del Comité de Recursos de la Cámara de Representantes sobre la Ley de Evaluación de Acuíferos Transfronterizos México-Estados Unidos. Este proyecto de ley, numerado S 214 en el Senado y HR 469 en la Cámara de Representantes, obtuvo la aprobación final en la madrugada del 109º Congreso y fue firmado por el Presidente el 22 de diciembre. Mi experiencia previa en la elaboración de leyes había sido a nivel estatal.
El propósito del programa es proporcionar a los funcionarios estatales, nacionales y locales información para abordar los apremiantes retos en materia de recursos hídricos en la región fronteriza entre México y Estados Unidos. En su versión definitiva, la ley autoriza al Secretario del Interior, a través del Servicio Geológico de Estados Unidos, a colaborar con los estados de Arizona, Nuevo México y Texas, el país de México y otros para llevar a cabo la caracterización hidrológica, la cartografía y la evaluación de los acuíferos transfronterizos de interés. Para Arizona, los dos acuíferos transfronterizos de interés establecidos en la legislación son el Santa Cruz y el San Pedro. El programa fue autorizado por diez años.
Trabajar para obtener la aprobación de este proyecto de ley en el Congreso fue una experiencia de aprendizaje. En una ocasión había prestado testimonio por escrito ante un subcomité del Congreso, pero nunca había tenido la oportunidad de hacerlo oralmente.
El director en funciones del USGS y yo fuimos los únicos testigos. En la audiencia surgieron algunas preguntas inesperadas y difíciles sobre la relación del proyecto de ley con el río Colorado y el tratado con México. El presidente del subcomité retuvo el proyecto de ley para permitir comentarios adicionales. Con la ayuda del personal de los senadores Kyl y Bingaman, respectivamente, se elaboraron enmiendas para abordar múltiples preocupaciones sobre el lenguaje del proyecto de ley.
A diferencia de la fabricación de salchichas, que debe de ser un asunto muy sucio, yo participaba en un proceso legislativo cuidadosamente elaborado que implicaba compromisos y aclaraciones para lograr acuerdos y apoyos.
Como testigo del proyecto de ley, primero presenté un testimonio por escrito y luego se me concedieron unos minutos para presentar observaciones orales en la audiencia. No se esperaba que los comentarios orales fueran los mismos que el testimonio escrito. Hice hincapié en la importancia del proyecto de ley exponiendo los siguientes puntos.
Testifiqué que el programa de evaluación de acuíferos transfronterizos ayudará a los funcionarios federales, estatales y locales a abordar los retos críticos de los recursos hídricos en la región fronteriza entre Estados Unidos y México. La ley sentará las bases científicas para abordar los enormes y graves problemas relacionados con los recursos hídricos. El programa también servirá de catalizador para reunir el capital humano y los recursos financieros necesarios para caracterizar los acuíferos transfronterizos. El mayor conocimiento resultante debería ayudar a resolver muchos de los problemas de recursos hídricos actualmente no cuantificados y, por tanto, no resueltos.
Hice hincapié en la importancia del agua para el creciente y árido Suroeste, especialmente a lo largo de la frontera, donde la población sigue creciendo rápidamente a ambos lados. Las cuestiones relacionadas con los recursos hídricos se hacen más complejas y agudas a lo largo de la frontera compartida, donde la comprensión de las características de los acuíferos es fundamental para la salud humana y la vitalidad económica de esta región. A lo largo de la frontera son muchos y variados los intereses que deben cooperar y participar para abordar los problemas del agua.
Expresé cómo la modelización y las bases de datos desarrolladas como parte del programa abordarán importantes cuestiones sobre la disponibilidad de agua, incluidas las asociadas a la salinidad y contaminantes. Las diferentes normas de calidad del agua y la relación física entre las aguas superficiales y los flujos subterráneos asociados a los acuíferos transfronterizos, que plantean problemas especiales, complican aún más los problemas de las aguas fronterizas.
También dije al subcomité que el programa autorizado por este proyecto de ley responderá a una necesidad crucial al establecer una asociación de gobiernos federales, estatales y locales, investigadores universitarios y otros para proporcionar información científica sobre acuíferos transfronterizos.
Informé a la comisión de que la necesidad de información científica adicional sobre los recursos hídricos está bien reconocida. Por ejemplo, en otoño de 2004, el 85º Encuentro Municipal de Arizona (85th Arizona Town Hall ) concluyó que "[para] evitar la gestión de crisis, Arizona debe emprender una planificación a largo plazo basada en una buena ciencia y en la recopilación de datos que deben estar ampliamente disponibles en todo el estado". Los participantes del Encuentro Municipal solicitaron ciencia y datos sólidos, así como la difusión de la información para evitar crisis. El programa autorizado por el proyecto de ley prevé las asociaciones necesarias para llevar a cabo estas tareas.
Tomé nota del amplio apoyo al proyecto de ley por parte de entidades gubernamentales y no gubernamentales. Además, una declaración de la Conferencia de Gobernadores Fronterizos México-Estados Unidos de 2005 subrayó la importancia del programa al solicitar un programa de trabajo en colaboración que incluya "el intercambio permanente de datos e información relativos a las aguas superficiales y subterráneas a lo largo de la frontera..."
La aprobación de la ley demostró una vez más que la elaboración de la política de aguas es un ejercicio bipartidista. Todos reconocen la necesidad de disponer de información sólida para desarrollar buenas políticas hídricas que garanticen el suministro de agua necesario para acomodar el rápido crecimiento de las regiones fronterizas. Se necesita financiamiento para este programa recién autorizado, y ahora comienza el duro trabajo de obtener fondos federales.
Se espera que el Centro de Investigación de Recursos Hídricos de la Universidad de Arizona y sus centros hermanos de Nuevo México y Texas trabajen en estrecha colaboración con el USGS y sus colaboradores en el desarrollo de este programa. Doy las gracias a quienes nos han ayudado a llegar hasta aquí y espero con interés trabajar en la aplicación de esta legislación.